eran aproximadamente las 12 del día cuando me encontraba dando mis ya acostumbrados rondines por aquellos largos pasillos de tumbas cuando me encontré con un niño de no menos de 8 años jugando a las canicas serca de una tumba, lo que me pareció raro ya que no común ver a alguien a esa hora del día por aquí, y menos a un niño y al no ver algún adulto serca, me atreví a acerme: hola oye porque estas aquí solo?... aló que el niño respondió: estoy esperando a mi mama.
Le pregunte por su nombre y me dijo que se llamaba jorge, le pregunte que si su mamá se iba a demorar ya que estaba por cerrar el panteón y le enseguida respondió: si ya no debe tardar en llegar conmigo.
Entonces le sugerí que si lo podría llevar a la puerta principal para que ahí esperara a su mama ya que era muy peligroso que estuviera jugando entre las tumbas, pero su respuesta me dejó helado: muy tranquilo me respondió: no, es que yo vivo aqui, y siguió jugando con sus canicas. Entonces es ahí cuando me di cuenta de que posiblemente estaba frente al espíritu de un niño.
Me di la vuelta y seguí con mi trabajo, pasaron los días y debes en cuando podía oírlo correr y reír entre las tumbas del panteón, incluso lo veía correr muy cerca del cuartito donde yo tenía mis herramientas de trabajo.
Hasta que un día se me apareció en aquel cuarto y me volvía a atrever hablar con el y el me preguntó que si podría hacerle un favor: con todo el miedo del mundo le conteste que necesitaba: el enseguida dijo: podrías decirle a mi mama que ya no este triste, repuse: pero porque quieres que haga eso... es que no quiere soltarme, no me deja ir. Contesto con cara triste.
Estiro su manita y me dio las canicas con las que lo vi jugar la primera vez, y desapareció.
Después de mucho pensar me puse a investigar en la oficina los registros de las tumbas y los familiares y ahí encontré la dirección y los teléfonos.
Tome Un taxi y me dirigí a esa dirección, al llegar a la casa toque la puerta y me abrí una viejecita que muy amablemente me preguntó: que se le ofrece joven?... disculpe aquí vive la señora maribel hernandez?... pregunte, es que tengo algo que decirle. La ancianita me invita a pasar y me lleva a uno de los cuarto y veo a una mujer de no más de 30 años acostada en muy mal estado de salud. Con semblante triste.
Me presento señora mi nombre es Roberto y trabajo en el panteón de la cuidad como cuidador y pues yo se que no es un buen momento para esto y que le va parecer algo loco lo que le voy a contar pero tengo un mensaje de su hijo jorge.
Al escuchar eso a la mujer le cambia el semblante y con dificultad se sienta en la cama, y entonces continuó: jorge me pido que le pidiera que por favor ya no este triste ni llore por el. Porque no lo deja ir.
Nuevamente le cambia el semblante pero ahora por uno de furia y enojo y en medio de insultos y malas palabras me reclama que como era posible que viniera y me burlara de su dolor, que era una pérdida muy temprana y que me largara de su casa, entonces saqué de mi bolsillo las canicas que el niño me había dado, furiosa la mujer me pregunta que que era eso... le respondí: es la prueba de que su hijo hablo conmigo y de que no me burlo de su pena.
Y antes de que me dijera algo: se escucho un sollozo, era la abuela que con lágrimas en los ojos respondió esas canicas yo se las regale al niño días antes de que falleciera.
Pasaron los años y un día de muertos me volví a encontrar con aquella mujer pero ahora ya su semblante era distinto y ya se veía mucho mejor: platicando me contó que después de aquel día que fui a verla, fue al panteón a visitar la tumba de jorge y pediendole perdón, prometio que nunca lo iba a olvidar pero que ella estaría bien y que descansará en paz. Y me contó que ahora ella en sueños ve a su hijo jorge crecer.
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